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Un verdadero motor de cambio se vive en Cunco. La Casa de la Mujer, programa impulsado por la Municipalidad, se ha consolidado como uno de los pilares más significativos para el desarrollo personal, social y económico de las mujeres de la comuna. Este año, más de mil mujeres de sectores urbanos y rurales serán capacitadas a través de 14 talleres gratuitos, diseñados para abrir nuevas puertas a la autonomía y el emprendimiento.
Talleres como corte y confección (básico y avanzado), decoupage, pintura en ziña y yeso, chocolatería artesanal, agro elaborados con enfoque nutricional, y manicure con esmaltado permanente, entre otros, están entregando herramientas concretas que no solo permiten aprender un oficio, sino también iniciar un negocio, generar ingresos y, lo más importante, fortalecer la autoestima y la independencia de cada mujer participante.
“Cuando una mujer se capacita, no solo cambia su vida, cambia la vida de toda una familia y de su comunidad. En Cunco estamos comprometidos con la equidad, la inclusión y el desarrollo local con rostro de mujer”, destacó el alcalde Cristián Moraga Lagos, quien ha impulsado activamente esta iniciativa como parte del sello social de su gestión.
El impacto de estos talleres se vive en primera persona. Así lo expresa Raquel Oñate Rebolledo, una de las participantes, “ha sido una experiencia maravillosa. Estamos felices de tener estas capacitaciones en nuestra comuna, porque muchas veces no tenemos los medios para acceder a estos conocimientos. Ahora, gracias a la Casa de la Mujer, al alcalde podemos aprender, compartir y soñar con emprender”, señaló emocionada.
Los talleres se desarrollan de manera descentralizada, alcanzando tanto el centro de Cunco como sectores rurales, para que ninguna mujer quede fuera por razones de distancia o acceso. Además de la formación técnica, las participantes reciben acompañamiento y orientación para impulsar sus proyectos personales o comunitarios.
Este programa no solo representa una oportunidad de formación; representa dignidad, progreso y comunidad. La Casa de la Mujer es, sin duda, un símbolo de esperanza y empoderamiento que ha llegado para quedarse.
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